Ligera y amarilla fue la madre tierra del simple jaramago que se incrustó en el suelo baldío de mi patio.
Sonreí al verlo levantarse, abierto ante tanto cemento, pero persistió su camino imparable, incansable, inamovible.
Toda la teoría es mucha, pero aun es más persistente una raíz por ingenua que sea, si se empeña en sobrevivir ante lo imposible.
Sonreí al verlo levantarse, abierto ante tanto cemento, pero persistió su camino imparable, incansable, inamovible.
Toda la teoría es mucha, pero aun es más persistente una raíz por ingenua que sea, si se empeña en sobrevivir ante lo imposible.
Teresa Flores
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