Vivero de Relatos

Porque nos gustan las cortinas de humo, las mentiras piadosas, y las verdades a medias que esconde la literatura.

A Pilar que sabe siempre donde poner su mirada

NO paro de mirar tu foto...cada vez que la miro me llega más lejos.

Me ha traído recuerdos de cuando la conseguí y de quien me la dio... hace ya algunos años...
Hasta ahora estaba ocupando un espacio en una copa de cristal de bohemia que se rompió y no importaba mucho...y de pronto ha pasado a ser un elemento vivo de mi estantería.
Alguna de las admiradoras de tus fotografías dice que es el farolillo de un hada... y tal vez, como dice otro en una frase mal traducida, se trata de un corazón roto...
Tu imagen se ha convertido en poesía, en cuento, en un fragmento de historia donde seguir mirando....
Incluso no he podido sustraerme a enviarla a la misma casa y al mismo jardín de donde un día salió...
Cuando la miro, según la luz me parece mayor tesoro...y si no fuera tan tarde y mi cabeza no estuviera tan pesada escribiría no solo un poema, sino un libro entero sobre su particular belleza...
Gracias por poseer la magia, por mirar y encontrar lo que nadie nunca ha mirado, por darle el color a lo que oscurece y la luz a la tarde.
Gracias, por estar ahí y haberte prendado de ese corazón vegetal que tal vez algún día un hada perdió en un camino.
Que los hados siempre te acompañen y sepamos aprovechar tus dones para poner la luz y el color donde se empeñan algunas veces en dañarnos.
Sueña feliz hermana, donde tu pongas tu imagen yo la apoyaré con palabras

Teresa Flores

Raices


Ligera y amarilla fue la madre tierra del simple jaramago que se incrustó en el suelo baldío de mi patio.
Sonreí al verlo levantarse, abierto ante tanto cemento, pero persistió su camino imparable, incansable, inamovible.
Toda la teoría es mucha, pero aun es más persistente una raíz por ingenua que sea, si se empeña en sobrevivir ante lo imposible.

Teresa Flores

La casa de los libros



La casa de los libros es una casa de piedra que se encuentra justo a la entrada del pueblo.
Es la casa anhelada por todos, la que tu y yo hubiéramos querido poseer.
Cuando atraviesas el umbral entras en el mundo de las palabras, los libros te acompañan desde el jardín a la buhardilla, así como el que no quiere la cosa, guardados y expuestos, ofreciéndose a tus manos y a tu mirada. Incluso en cada peldaño de la oscura escalera reposa un montón de libros.
Cuando subes te quedas sentada en el cuarto escalón; el de los poemas de los niños, si llegas más arriba serán los folios de los últimos escritos del Vivero de relatos. En el desván los libros nuevos que acaban a de llegar esperan en sus cajas.
No se sabe muy bien el orden, es así y así siempre ha sido.

En la casa de los libros, el dueño es el guardián absoluto de las palabras, es el que te las da y te las concede para un rato, una hora o una tarde.

En la casa de los libros las paredes guardan en sus huecos pensamientos tan esénciales que solo al pasar por su lado los escuchas.

Estuve muchas veces en la casa de los libros, me hice amante del guardián de las palabras. Con él aprendí a descubrir en un paisaje, una foto o cien poemas, frases que podían ser importantes, que flotaban día a día en el jardín o junto al pozo. Juntos trasladábamos los libros de la escalera, soltábamos los versos de sus encierros o declamábamos discursos encaramados en la tapia del huerto para asombro del poni que pastaba.


Mucho lo amé y tengo que decirlo, pero fue tarde y triste, y triste y tarde, cuando descubrí que el guardián de las palabras dueño absoluto de la casa de los libros, se alimentaba de palabras ajenas, de vocablos precisos, de pensamientos profundos y de poemas. Pero a mí y quiero pensar que a nadie, le diría nunca esas palabras sencillas y claras que yo siempre estaría esperando.
Nunca mas regresé a la casa de los libros, nunca más volví a ver al guardián de las palabras. Así me sometí a este mundo cerrado, al papel y al lápiz, a mis libros. Recorrí de nuevo geografías de cartas, en donde sumergí aquellas palabras que nunca fueron declaradas y como refugio, habité en bibliotecas, donde siempre por más que me distraiga podré encontrar ese libro que siempre será mi consuelo.
Teresa Flores

Cazando ratones

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Fotos de Alfonso


¿QUIÉNES SOMOS?

Aunque la sopa de letras es un plato gustoso nosotros nos organizamos alfabéticamente:

José Cruz Cabrerizo
Conchi Fernández Cueto
Teresa Flores
María Jesús Garrido Basterrechea
Isabel Humbert
Jaime Martín
Alfonso Martínez Baztán
José Manuel Motos
Paula Orellana
Mercedes Prieto Jaén
Marina Siri

Datos personales

Mi foto
Nace en el año 2002, como consecuencia de un taller de relato breve promovido por la Facultad de Letras de Granada, e impartido por A. Neuman. Este taller fue para un gran número de participantes una auténtica experiencia, literaria y personal, y a su término se formó un grupo, que poco después se constituyó en Asociación Literaria, y que desde entonces se reúne cada dos semanas en El Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada, con la idea de leer, comentar y discutir sus propios relatos y los de autores consagrados.